EDUCAMOS EL CORAZÓN

Una afectividad equilibrada y la formación de la identidad propia son esenciales para encontrar la felicidad.

Educar los sentimientos y las emociones es un aspecto esencial en la formación humana. Si la inteligencia es la luz del espíritu, el corazón es su fuerza. Formamos alumnas con corazones capaces de entusiasmarse con la verdad, la belleza, de modo que disfruten haciendo el bien.

En resumen, corazones capaces de experimentar, sentir, buscar y vivir el amor.