La columna vertebral del colegio Mater Salvatoris son sus alumnas.
Desde su fundación, miles han sido las que han pasado por nuestras aulas. En este apartado, nos cuentan qué ha significado para ellas el Colegio y ser una «niña Mater».
¡13 años en Mater Salvatoris! Desde «cuartitas» hasta 3º de BUP… ¡13 años de grandes recuerdos y enseñanzas! Recuerdos en los que se mezclan profesoras, amigas y actividades… Profesoras y Madres esforzándose en sacar lo mejor de nosotras y preparándonos con cariño para nuestra vida futura; amigas… qué voy a decir de amigas!!! De aquí han salido mis mejores amigas… y miles de recuerdos de clase, de los bailes, del Coro, de Irlanda… hasta del comedor y de una clase de Aerobic tipo Jane Fonda a la que acudíamos como locas para prepararnos para el verano! Y grandes enseñanzas… no sólo académicas, sino en grandes valores que han seguido presentes en mi vida: Esfuerzo, disciplina, perseverancia, amor a Dios, humildad, respeto y alegría. En Mater aprendí a ser feliz y a tratar de hacer felices a los demás. Gracias a la preparación del colegio conseguí una magnífica nota en Selectividad que me permitió entrar en la Escuela de Ingenieros de Telecomunicación, sobreponerme a mis «primeros suspensos», licenciarme, enfrentarme al exigente mundo laboral y superar todos los retos profesionales que se han presentado: Desarrollar proyectos para la Agencia Espacial Europea, poner antenas de telefonía móvil en Londres, trabajar como Research Associate en Harvard Business School y en estrategia en Indra, dar clase en ICAI, Nebrija, UAX… y a compaginarlo con una maravillosa vida familiar. Doy gracias a mis padres por haber elegido Mater Salvatoris y he querido dar a mis hijos el mismo regalo. Los cuatro han pasado por el Colegio y es emocionante vivir con ellos cada avance, que a la vez resulta tan familiar. Su primer día de clase con su cartel, los «amarillos», el picado, las regletas, el cambio de pabellón, la 1.ª Comunión con el Padre Serafín!!! A la vez que resulta admirable ver la modernización del colegio, las niñas tienen correo electrónico y hacen Drama, preparan presentaciones en Prezi y exponen en inglés, investigan para sus PBLs y suben toda la información a Classroom… Tradición y valores adaptados a los nuevos retos tecnológicos y a la globalización del mundo actual. ¡Qué mejor preparación se puede tener! Me llena de orgullo ser «del Mater». Gracias!. Rosario Martínez de Albornoz, promoción 1991.
Hace muchos años que salí del Colegio y ahora vivo en otro país, pero eso solo ha hecho más fuertes los valores que el Mater Salvatoris me transmitió en su día sin darme cuenta. Cuando decidí la carrera que quise estudiar, en mi primer trabajo, cuando conocí a mi marido o, ahora, que educo a mis propios hijos. Siempre siento una seguridad especial, viviendo tanto en Madrid, en Londres o en África. Seguridad que me permite intentar hacer las cosas bien y poniendo a Dios delante. También quiero mencionar que el Mater ¡une muchísimo! He tenido la oportunidad de vivir en el extranjero y, casi siempre, ¡he conocido a una ex alumna del Mater! Ahora, por ejemplo vivo en Londres y está preparando a mi hija mayor para la Primera Comunión ¡una ex del Mater! Esto me da una tranquilidad tremenda, le enseñará las mismas cosas y de la misma manera que a mí me las contaron en su día!! ¡Muchas gracias colegio Mater Salvatoris! Pilar Seoánez, promoción 1995.
El Mater Salvatoris para mí ha sido muy importante y siempre lo seguirá siendo, es mi una segunda familia. Del colegio me llevo innumerables anécdotas pero sobre todo muchos momentos de felicidad, muchas amigas y un aspecto muy importante que es mi fe católica. Gracias al colegio soy la persona que soy, tengo la fe que tengo y los valores que llevo dentro. En mi opinión es mucho más que un colegio católico. Es decir, no se ha quedado ahí, ha profundizado mucho más en la educación de la fe de sus alumnas. Para mí, lo más importante ha sido la oportunidad tan grande que he tenido conociendo la Congregación Mariana y sus apostolados y me siento muy orgullosa de formar parte de esta. Por lo tanto, cuando pienso en el colegio, solo me salen sentimientos de agradecimiento, por un lado hacia mis padres por haber elegido este colegio para mí. Porque gracias a ellos tengo unas amigas que me han hecho aprender el sentido y significado de una amistad verdadera, tengo unos valores, tengo fe en Dios y una formación intelectual que me ha permitido estudiar una carrera universitaria. Por otro lado agradecimiento a todas las personas que trabajan en el colegio, tanto profesores como personal, que tanto nos han cuidado, formado y enseñado. En definitiva, ha sido una etapa de mi vida insuperable, que siempre recordaré con mucha nostalgia, pero teniendo la certeza de que siempre podemos volver y seremos muy bien acogidas en cualquier momento. María Garrido, promoción 2015.
He estado en el Mater desde que tenía 3 años. Para mí el Colegio ha sido mucho más que un simple colegio, ha sido el lugar donde he crecido, no solo en conocimientos sino también como persona. Ha sido también mi segunda casa y todas las profesoras, las Madres y el personal han sido mi segunda familia. En definitiva, un lugar donde siempre me he sentido muy querida y acompañada, y eso se refleja en que, a pesar de que ya no soy alumna, sigo yendo al colegio casi tanto como cuando lo era. Los grandes regalos que me llevo del Colegio son, en primer lugar y el más importante para mí, mi relación con Dios y mi formación espiritual. Personalmente creo que lo que hace especial al Mater y lo que lo diferencia de otros colegios, es que educa desde la perspectiva de la fe, del amor, del servicio y de la entrega. No se dedican solo a formar personas con muchos conocimientos, sino que además forman personas capaces de amar, de entregarse en su día a día y de servir a los demás. En segundo lugar una gran formación académica que me ha permitido estar a la altura de la carrera que estudio. Y por último unas grandes amistades que sé que conservaré de por vida y que realmente son fruto de los valores que me han inculcado. Realmente puedo afirmar que además de a mi familia, se lo debo todo a mi Colegio, que me ha permitido disfrutar y aprender durante mis años de alumna y me ha regalado un lugar al que siempre podré volver y en el que siempre me sentiré acogida y querida. Beatriz Martínez de Bedoya, promoción 2015.
Cuando salí del Colegio, no era consciente de la gran formación académica y humana que me habían transmitido a lo largo de toda mi trayectoria escolar tanto las Madres como el profesorado. Este es mi cuarto curso de Odontología, en la Rey Juan Carlos. En estos años de Universidad, me he dado cuenta de que la constancia y el gusto por el saber me vienen del ejemplo del todo el profesorado del Colegio. A través del cuidado que ponen en cada una de las alumnas, yo aprendí a querer hacer las cosas bien. Durante los años de carrera he agradecido mucho el nivel de la rama de Ciencias, ya que he tenido que estudiar mucha Biología y parte de Química: sin una buena base, se me hubiera hecho más difícil aprobar estas asignaturas. Cuando pienso en el Colegio siento igualmente mucho agradecimiento por la espiritualidad en la que hemos crecido y hemos sido educadas. Gracias a ella soy capaz de ofrecer el día cada mañana, dar gracias a Dios, ofrecer las asignaturas que más me cuestan… Y, por encima de todo, agradezco el poder ser feliz porque el Mater me enseñó lo que es tener una vida bella y plena. María Raldúa, promoción 2011.
¿Qué significa para mí haber estudiado en el Colegio Mater Salvatoris? Algo fácil de expresar en una palabra: agradecimiento. Cada vez que vuelvo al Colegio, cosa que por suerte hago a menudo (¡incluso me he casado en la Capilla de Bachillerato!!), tengo la sensación de llegar a casa, donde me espera mi segunda gran familia y donde revivo tantas emociones que disfruté de niña. Sin duda, todos mis recuerdos de mi etapa como estudiante en el Colegio son buenos. Aunque hayan pasado unos cuantos años y, lógicamente haya completado mi formación profesional en las etapas de la universidad y el trabajo, llevaré siempre conmigo el concepto del trabajo bien hecho, la metodología de aprendizaje, el compañerismo y la amistad. ¡El Mater imprime carácter! Además, mis padres no solo eligieron un Colegio en el yo pudiera crecer personal y profesionalmente, sino también y principalmente en la fe en Jesucristo y nuestra Madre María. Hoy puedo agradecer a mis padres y a toda la Comunidad Escolar, el haberme dado una excelente formación tanto humana como académica, con la que he tratado siempre de afrontar todas las situaciones de la vida. Rafaela de la Brena, promoción 1992.